PROPUESTA PARA LA ELECCIÓN DEL ABANDERADO

 

Fundamentación:

La siguiente propuesta surge a partir del análisis realizado sobre los criterios de selección implementados actualmente en el CPEM Nº 46.

Como punto de partida, debemos decir que cuando hablamos de abanderados, nos hacemos a la idea de alumnos que no sólo cumplen con ciertos requisitos académicos, sino que además son los que representan al conjunto de alumnos de la escuela y al CPEM Nº 46 ante las demás instituciones.

Sabemos que los criterios utilizados hasta el actual ciclo lectivo (básicamente tener en cuenta a los mejores promedios y a los que lograron acceder a 5º año sin tener que rendir materias en carácter de previas o regulares y sin tener sanciones disciplinarias), permiten tener la seguridad de que los elegidos cumplen con algunos de los aspectos u objetivos que la institución como formadora pretende alcanzar (buen rendimiento académico y buena adaptación a las normas y reglas de convivencia).  Pero consideremos también que la Escuela debe plantearse, -y en el mismo nivel de importancia-, el objetivo de formar seres humanos, ayudándolos a desarrollar otras virtudes tales como la solidaridad, el compañerismo, el compromiso, la responsabilidad, etc.

Debemos destacar también que la selección por rendimiento académico se resuelve por un orden de mérito formado a través del promedio conseguido al cabo de los cuatro años de cursado. Esto puede verse como el simple reemplazo de una persona por un número (su promedio) el que no tiene en cuenta las vicisitudes por las que atravesó el alumno en su vida en la escuela media. Este sistema no contempla el proceso que derivó en dicho puntaje obtenido, sino simplemente cuál es el puntaje.

Tampoco se está considerando en la actualidad el esfuerzo que cada alumno debe hacer para sobreponerse a distintas vicisitudes de su vida personal, ni  la mejora que pueda hacer un alumno luego de ser sancionado; ya que una sanción es suficiente para no permitirle acceder a la posibilidad de ser abanderado.

Por otra parte, el sistema actual de selección no cumple con lo que creemos debería ser uno de los objetivos principales de la escuela media: La inserción de los alumnos a la vida democrática. A lo largo de todo el proceso de selección no se deja abierta la puerta para la elección a ninguno de los sectores que conforma esta institución.

No podemos dejar de mencionar el rechazo –reiterado- al honor de portar nuestra bandera.

De lo expuesto nos surgen los siguientes interrogantes:

a) ¿Qué es lo que hace que el rendimiento académico eclipse totalmente a los aspectos humanos de la persona?

b) ¿No deberíamos tener en cuenta el deseo de superación de aquellos que deben sobrellevar las desventajas que plantean una mala estructura familiar, social y/o económica, o una convalecencia que no le permitió tener un cursado regular en alguno de los primeros cuatro años?

c) ¿Tiene el mismo valor el 10 (diez) obtenido por aquel alumno que goza de las ventajas de tener una capacidad innata que el 8 (ocho) ganado con esfuerzo de horas de estudio y dedicación?

d) ¿Estamos de acuerdo con un sistema que supone mejores a los que mejores calificaciones obtienen?     ¿No se asemeja a pretender establecer un sentimiento de superioridad?

e) ¿No deberíamos, como primeros responsables de la comunidad educativa, hacer participar al resto del alumnado para que elija libremente a quienes quieren para que lo represente?

g) ¿Son los méritos que los adultos consideramos importantes los mismos para los alumnos?

h) ¿Se produciría el mismo rechazo si los abanderados son elegidos en principio por sus pares?

i) ¿No deberíamos como institución valorar a aquellos que, sin destacarse por sus calificaciones, demuestran tener un gran sentido de pertenencia y alto grado de compromiso con nuestra escuela?

j) ¿Qué ocurriría si en algún año los requisitos que se imponen para la selección de abanderados no son cumplidos por la cantidad de alumnos necesaria?

De ninguna manera queremos decir que los abanderados actuales ni la mayoría de los seleccionados hasta el momento no hayan merecido serlo, sino que, el hecho de no haber tenido en cuenta los otros aspectos mencionados más arriba, redundó en que el logro de los mismos se deba más a una fortuita coincidencia que a una concienzuda búsqueda. 

Objetivos:


ETAPAS DEL TRABAJO

El trabajo fue realizado con los alumnos del establecimiento coordinados por los alumnos de 5ºD Josefina Chevalier y Nehuén Brat con la colaboración del jefe de departamento de matemática Prof. Alejandro Barenboim.

El mismo se desarrolló en las siguientes etapas:

1º) Se planteó en algunos cursos tanto del turno del mañana como del turno tarde el interrogante de si consideran necesario modificar los criterios de selección de abanderados. La respuesta obtenida en general fue, por un lado una muestra de gran interés en el tema sobre todo en los cursos inferiores, y por el otro un acuerdo casi unánime en la necesidad de modificar los criterios actuales. Los cursos con los que se realizó este trabajo fueron elegidos al azar permitiendo tener una muestra de los distintos años ya que se tomaron dos primeros, dos segundos, dos terceros, dos cuartos y dos quintos.

2º) Se solicitó en cada curso que se realice una propuesta sobre las modificaciones que les interesarían introducir.

3º) Las propuestas obtenidas se unificaron a fin de conformar la que podría ser la definitiva.

4º) La conclusión del trabajo con los alumnos será presentado al cuerpo de docentes del establecimiento y al equipo directivo para su evaluación con las consecuentes enmiendas.

5º) Una vez corregida, la propuesta se leerá nuevamente a los estudiantes para lograr alcanzar el acuerdo mayoritario de los actores de la comunidad educativa del CPEM 46.

6º) Si se aprobara, se aplicará en el momento que la dirección lo disponga. Si no se aprobara se someterá a las correcciones pertinentes para lograr el acuerdo general.


Criterios para tener en cuenta en la elección:

 

Modo de realizar la elección:

En una primera instancia, los pares (alumnos de cuarto año) elijen a cuatro compañeros de su división y a dos de otras divisiones[1]. A partir de los resultados arrojados, se confecciona una lista reflejando la cantidad de votos obtenidos por cada alumno de cuarto[2]. Acto seguido, se les informa a todos los estudiantes de cuarto año (reunidos en asamblea) quiénes son los veinticuatro alumnos más votados,[3]  dándoles un plazo de cuarenta y ocho horas para retirarse de la selección si así lo desean. Luego se establecerá una fecha- en un plazo de no más de un mes- en el cual los docentes[4] elegirán, (basándose en la lista de los veinticuatro) a diez alumnos.[5] Dichos estudiantes conformarán  un cuerpo de abanderados, sin cargos estables, que se rotarán en la bandera.[6]

El organismo a cargo de la organización, recuento de votos, confección de datos, de responder las dudas de estudiantes y profesores, serán tres personas:

Los  dos abanderados más votados del año anterior y una asesor pedagógico.[7] Ésta es la única instancia en la que los alumnos se enterarán de quiénes fueron los dos alumnos más votados. Consideramos que esto no es perjudicial, ya que, trascurrido el plazo de un año, se han eliminado las posibles competencias. Si el alumno no desea conformar dicho organismo, se seguirá por orden de mérito.


 

[1] Estos números son los límites, es decir, que el alumno puede votar como máximo a cuatro personas de su curso y a dos de otras divisiones. De no desearlo así, puede votar a menos personas o abstenerse.

[2] Luego aclararemos quienes llevarán a cabo el recuento de los votos y la organización.

[3] Queda sobreentendido que los alumnos no se nombraran en orden de mérito, ni se les informará la cantidad de votos obtenidos, para evitar competencias y sentimientos de superioridad.

[4] Tienen que haber sido profesores del curso durante por lo menos dos años, o ser docente de ese curso solamente en cuarto año. Se considera así, ya que éste posee las herramientas necesarias debido a que tiene un acercamiento reciente a las dinámicas grupales y a las cualidades de cada alumno.

[5] En el momento de dar a conocer a los estudiantes las diez personas que conformarán el cuerpo de abanderados, no se deberán nombrar por ningún orden de mérito.

[6] De este modo, se asegurará que todos los puestos de la bandera estarán ocupados en el momento en que se la requiera.

[7] En el primer año, los encargados de la organización serán un asesor pedagógico, junto con el abanderado y primer escolta titulares.